Para los que escucharon el programa de este lunes, habrán notado que la temática que trata la obra es sumamente profunda y, a mi parecer, plantea múltiples interrogantes según la experiencia personal que nos ha tocado atravesar a cada uno de nosotros como parte de esta sociedad como conocedores de los estragos que se han cometido a lo largo de la historia; en fin, saberes que condicionan la percepción de las distintas obras. En este caso: “Los que volar no saben” de Hisham El Naggar me ha dejado inquieta sobre algunos imaginarios que, desde el pasado, resurgen continuamente a lo largo de la historia. Para ir al grano, me refiero a los totalitarismos y las ideas de un ser “superior” capaz de ejercer su poder por sobre el resto de la humanidad, un “superhombre”. Sin dudas, este imaginario a atravesado la cabeza de más de un ser en este mundo, mucho antes que Adolf Hitler y Benito Mussolini lo llevaran a su máximo exponente mundial.
Dentro de varias líneas de acción y con cierto humor negro “Los que volar no saben” logra adentrarnos en la cabeza de las personas que creen que para perfeccionar el mundo es necesario eliminar algunos “obstáculos”, tornando la vida un simple juego donde se avanzan casilleros para alcanzar la meta. Como si el mero hecho de participar no implicara la pérdida de algunas vidas, en pos de ciertos ideales privativos de las libertades. Por esto, resulta importante cuestionarnos si un ser que es capaz de tales atrocidades puede ser un caso ejemplar para la humanidad.
La historia se desarrolla en un castillo de Córdoba, donde un joven que acaba de cumplir los 18 años, se presenta ante nuestros ojos como el futuro líder, dotado de genes provenientes de conocidos déspotas y un tipo de crianza asocial a la cual fue sometido. Freddy –interpretado por Robert Cox- es el nuevo exponente de grandeza humana. No ha gozado de mayor interacción social que la experimentada con su madre la Marchesa –Antonia De Michelis- la cual es la mayor convencida y convincente de las potecialidades de su hijo menor, su hermano Bruno –Alejandro Gennuso-, la criada Mathilde –María Heller-, y Ruprecht –Román Puente- el servidor de la Marchesa y cómplice de sus delirios de grandeza. A ellos se suma una amante de Bruno, Laura –Marina Rouco-. La experiencia de Freddy en la vida siempre fue muy estéril, mediada por los libros y carente de contacto humano hasta que Laura ingresa en su vida, le provee otra perspectiva, le demuestra que la duda y los sentimientos son capacidades netamente humanas y que allí se pueden encontrar ciertos placeres que Freddy desconocía hasta el momento.
En esta obra se ponen en juego los saberes que ha logrado cosechar su autor, Hisham El Naggar, a lo largo de su trayectoria, como así también su experiencia en el mundo entero. La Compañía “Knuck”, con Diego Cosin -uno de sus fundadores- como director de la obra, nos deja inquietos con la posibilidad de que los totalitarismos estén más presentes en la sociedad de lo que realmente creemos.
“Los que volar no saben” se está presentando en el Teatro Beckett –Guardia Vieja 3556- los domingos a las 20:30hs, si desean comunicarse pueden llamar al 4867-5185.
Daniela Aranda.
Dentro de varias líneas de acción y con cierto humor negro “Los que volar no saben” logra adentrarnos en la cabeza de las personas que creen que para perfeccionar el mundo es necesario eliminar algunos “obstáculos”, tornando la vida un simple juego donde se avanzan casilleros para alcanzar la meta. Como si el mero hecho de participar no implicara la pérdida de algunas vidas, en pos de ciertos ideales privativos de las libertades. Por esto, resulta importante cuestionarnos si un ser que es capaz de tales atrocidades puede ser un caso ejemplar para la humanidad.
La historia se desarrolla en un castillo de Córdoba, donde un joven que acaba de cumplir los 18 años, se presenta ante nuestros ojos como el futuro líder, dotado de genes provenientes de conocidos déspotas y un tipo de crianza asocial a la cual fue sometido. Freddy –interpretado por Robert Cox- es el nuevo exponente de grandeza humana. No ha gozado de mayor interacción social que la experimentada con su madre la Marchesa –Antonia De Michelis- la cual es la mayor convencida y convincente de las potecialidades de su hijo menor, su hermano Bruno –Alejandro Gennuso-, la criada Mathilde –María Heller-, y Ruprecht –Román Puente- el servidor de la Marchesa y cómplice de sus delirios de grandeza. A ellos se suma una amante de Bruno, Laura –Marina Rouco-. La experiencia de Freddy en la vida siempre fue muy estéril, mediada por los libros y carente de contacto humano hasta que Laura ingresa en su vida, le provee otra perspectiva, le demuestra que la duda y los sentimientos son capacidades netamente humanas y que allí se pueden encontrar ciertos placeres que Freddy desconocía hasta el momento.
En esta obra se ponen en juego los saberes que ha logrado cosechar su autor, Hisham El Naggar, a lo largo de su trayectoria, como así también su experiencia en el mundo entero. La Compañía “Knuck”, con Diego Cosin -uno de sus fundadores- como director de la obra, nos deja inquietos con la posibilidad de que los totalitarismos estén más presentes en la sociedad de lo que realmente creemos.
“Los que volar no saben” se está presentando en el Teatro Beckett –Guardia Vieja 3556- los domingos a las 20:30hs, si desean comunicarse pueden llamar al 4867-5185.
Daniela Aranda.
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