El pasado viernes 16 de julio se realizó el estreno de prensa de "Amor de Fedra" de la dramaturga británica Sarah Kane con dirección de Mariano Stolkiner. La obra se presenta en la sala El Extranjero (Valentín Gómez 3378) la cual se inauguró con esta obra.
Dos apuestas fuertes: presentar un material como el de Kane, interesante pero intenso e inaugurar una nueva sala. Dos decisiones que, sin embargo, le hacen muy bien al teatro independiente.
La obra de Kane es “una reescritura moderna y original del mito de Fedra entremezclado, como puestos en una licuadora, con textos como El Extranjero de Camus o Baal de Brecht. Lo que queda claro es que si Kane se nutre de la tragedia clásica como drama histórico es para hablar de lo que somos como sociedad hoy”, explica Stolkiner en la gacetilla de prensa. Pero, a su vez, el director hace una relectura del texto de la británica para situar los conflictos de Fedra y familia en la Argentina de hoy.
La obra se torna muy intensa por momentos mezclando el humor negro con el drama, con la violencia como manto que cubre todo: violencia institucional y violencia personal. Por momentos, el espectador puede sentirse invadiendo los espacios privados de esta familia Real (y tan real). Los diálogos invitan constantemente a la reflexión, y porque no a la crítica, de varias de las instituciones que conforman nuestra sociedad: la familia, la iglesia, los gobiernos, el “pueblo”.
Difícilmente pueda uno no sentirse movilizado por la temática que nos propone la puesta. Fedra, consumida de amor por Hipólito decide hablarle abiertamente de sus sentimientos a pesar de las advertencias de su hija, Estrofa. Hipólito, cuya vida gira en torno a la televisión, el sexo casual y la comida chatarra, la rechaza violentamente lo que lleva a que Fedra lo acuse de haberla violado, tras lo cual se suicida. Y si la violencia verbal y física era una constante hasta ese momento, lo que ocurre luego intenta mostrar como todos tenemos cierta violencia contenida adentro que sólo necesita de un chivo expiatorio para salir al exterior. Todo esto mostrado sin medias tintas: al si hay que insultar se insulta y si tiene que haber sangre, que la haya.
A pesar de que las imágenes pregrabadas que se proyectan el final de la obra provoquen cierto desconcierto, una sensación de corte abrupto respecto a todo lo que venía ocurriendo hasta entonces, la obra funciona muy bien y tiene momentos que están entre lo más destacado de la dramaturgia moderna.
El elenco está compuesto por Pablo Cura, con una brillante interpretación de Hipólito; Alejo Mango, interpretando a Teseo, el cura y el médico; Mónica Driollet como Fedra y Flavia Sinsky como Estrofa.
"Amor de Fedra" se presenta todos los viernes a las 21,30 en la sala El Extranjero (Valentín Gómez 3378 en el barrio del abasto, 3980-1147 para reservas), recién estrenada y muy bonita y cómoda, a propósito.
Dos apuestas fuertes: presentar un material como el de Kane, interesante pero intenso e inaugurar una nueva sala. Dos decisiones que, sin embargo, le hacen muy bien al teatro independiente.
La obra de Kane es “una reescritura moderna y original del mito de Fedra entremezclado, como puestos en una licuadora, con textos como El Extranjero de Camus o Baal de Brecht. Lo que queda claro es que si Kane se nutre de la tragedia clásica como drama histórico es para hablar de lo que somos como sociedad hoy”, explica Stolkiner en la gacetilla de prensa. Pero, a su vez, el director hace una relectura del texto de la británica para situar los conflictos de Fedra y familia en la Argentina de hoy.
La obra se torna muy intensa por momentos mezclando el humor negro con el drama, con la violencia como manto que cubre todo: violencia institucional y violencia personal. Por momentos, el espectador puede sentirse invadiendo los espacios privados de esta familia Real (y tan real). Los diálogos invitan constantemente a la reflexión, y porque no a la crítica, de varias de las instituciones que conforman nuestra sociedad: la familia, la iglesia, los gobiernos, el “pueblo”.
Difícilmente pueda uno no sentirse movilizado por la temática que nos propone la puesta. Fedra, consumida de amor por Hipólito decide hablarle abiertamente de sus sentimientos a pesar de las advertencias de su hija, Estrofa. Hipólito, cuya vida gira en torno a la televisión, el sexo casual y la comida chatarra, la rechaza violentamente lo que lleva a que Fedra lo acuse de haberla violado, tras lo cual se suicida. Y si la violencia verbal y física era una constante hasta ese momento, lo que ocurre luego intenta mostrar como todos tenemos cierta violencia contenida adentro que sólo necesita de un chivo expiatorio para salir al exterior. Todo esto mostrado sin medias tintas: al si hay que insultar se insulta y si tiene que haber sangre, que la haya.
A pesar de que las imágenes pregrabadas que se proyectan el final de la obra provoquen cierto desconcierto, una sensación de corte abrupto respecto a todo lo que venía ocurriendo hasta entonces, la obra funciona muy bien y tiene momentos que están entre lo más destacado de la dramaturgia moderna.
El elenco está compuesto por Pablo Cura, con una brillante interpretación de Hipólito; Alejo Mango, interpretando a Teseo, el cura y el médico; Mónica Driollet como Fedra y Flavia Sinsky como Estrofa.
"Amor de Fedra" se presenta todos los viernes a las 21,30 en la sala El Extranjero (Valentín Gómez 3378 en el barrio del abasto, 3980-1147 para reservas), recién estrenada y muy bonita y cómoda, a propósito.
Reina Rosko.-
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